Hay 10 destituidos y denunciados por corrupción por reemplazar la droga que debía ser incinerada. Entre ellos, el excontralor de la dependencia y un hermano de Santiago Taboada, excandidato del PAN al Gobierno de Ciudad de México.
Un acto de corrupción ha sacudido a la Fiscalía General de la República (FGR). Según reportó El País, la institución decomisó en Guerrero una tonelada de cocaína que debía ser incinerada, pero un grupo de funcionarios sustituyó el cargamento con leche en polvo.
Fue ese producto el que finalmente ardió en el fuego, mientras la droga desaparecía. La maniobra fue descubierta semanas después y derivó en la destitución y denuncia penal de al menos una decena de servidores públicos, incluidos altos mandos del Órgano Interno de Control de la Fiscalía.
Entre los destituidos figura el excontralor Arturo Serrano Meneses, responsable de autorizar la destrucción de los narcóticos incautados. Junto a él, también fueron señalados varios colaboradores, entre ellos Sergio Agustín Taboada Cortina, hermano del exalcalde panista de Benito Juárez, Santiago Taboada. La inclusión de su nombre dio un giro político al caso, ya que Morena ha acusado públicamente al PAN de encubrir una presunta red de corrupción dentro de la Fiscalía, dedicada a apropiarse de cargamentos de droga para revenderlos a intermediarios.
Los informes internos de la FGR señalan que los funcionarios enfrentan cargos por cohecho, tráfico de influencias y delitos contra la administración de justicia.
Además de Serrano y Taboada, aparecen en las denuncias otros integrantes del órgano de control: Javier Morales, secretario particular; José María Peña, secretario técnico; Carlos Rascón, encargado de la Unidad de Responsabilidades; Josué Crespi, de Denuncias e Investigaciones; José Alzati, de Verificación del Destino Final de Bienes Asegurados; Héctor Montes, de Auditoría Interna; Alejandro Vélez, de la Unidad Jurídica, y Javier Maldonado, de Administración.
El asunto de la cocaína intercambiada por leche en polvo no es el único expediente que involucra a Serrano Meneses. La Fiscalía lo acusa de irregularidades en la adjudicación de contratos públicos y de recibir sobornos de proveedores. En uno de los casos más documentados, el excontralor habría solicitado un pago ilícito de seis millones de pesos a la empresa Casanova Rent Volks, proveedora del servicio de arrendamiento vehicular de la institución, a cambio de favorecerla en un contrato millonario.
El 8 de agosto pasado, Serrano fue desalojado de las oficinas del Órgano Interno de Control por elementos federales. Aunque no se giró orden de aprehensión en su contra, la medida buscó forzar su renuncia, evitando así que la Cámara de Diputados —responsable legal de su destitución— tuviera que intervenir. Su salida abrió la puerta al nombramiento de Óscar del Río Serrano, hijo del político de Movimiento Ciudadano José Manuel del Río Virgen, cercano al senador Ricardo Monreal.
La presidenta Claudia Sheinbaum instruyó al fiscal general Alejandro Gertz Manero a presentar un informe detallado sobre la investigación y pidió que el caso se lleve “hasta las últimas consecuencias”. Por su parte, el secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, confirmó públicamente la existencia de una indagatoria en curso contra Serrano y sus colaboradores.
El Partido Acción Nacional (PAN) respondió exigiendo transparencia en el proceso y advirtió sobre posibles irregularidades en la remoción del excontralor, mientras que desde la Secretaría de Gobernación se interpretó la defensa de los legisladores panistas como un intento por proteger a funcionarios vinculados al caso.
El escándalo, además de evidenciar un grave problema de corrupción interna, ha generado un enfrentamiento político entre Morena y el PAN. Para el oficialismo, el episodio demuestra la existencia de una red operativa que desviaba cargamentos de droga asegurados por la FGR; para la oposición, representa una maniobra política destinada a desprestigiar a uno de sus cuadros más visibles: Santiago Taboada.
A la fecha, las autoridades mantienen bajo investigación a varios de los implicados, aunque aún no se ha esclarecido el destino de la tonelada de cocaína que fue sustraída.