En medio del reacomodo interno rumbo a la definición de la candidatura de Morena a la gubernatura, el alcalde de Tijuana, Ismael Burgueño, acusó que una denuncia anónima presentada ante la Fiscalía General de la República (FGR) fue utilizada para impulsar una campaña mediática diseñada para afectar su imagen y favorecer a un grupo político rival.

El alcalde Burgueño aseguró que todo apunta a una operación dirigida para generar confusión entre la ciudadanía.

“Siempre nos hemos dirigido con transparencia, hemos estado trabajando bien. No hay nada que temer y esto es un acto político-mediático, donde filtraron documentos a partir de una denuncia anónima con una clara intención: que la ciudadanía interpretara algo erróneo, sin presunción de inocencia, para manchar nuestra imagen”, declaró.

Añadió que no pretende desviar su atención hacia este tema, pues —afirmó— eso responde justamente a los fines de quienes buscan perjudicarlo. Detalló que su equipo jurídico ya analiza el caso para proceder legalmente:
“Legalmente llegaremos hasta las últimas consecuencias. Claro que atenderemos la situación ante la fiscalía y la vamos a aclarar. Pero es muy sencillo: vía correo electrónico una persona te acusa de algo, filtran documentos y con eso lo usan para fines políticos”.

De acuerdo con versiones internas del partido y con analistas políticos, detrás de esta estrategia se encontraría el equipo del exdelegado federal Alejandro Ruiz Uribe, señalado por morenistas de intentar “limpiarle el camino” ante el avance de otros perfiles que lo han superado en las encuestas.

Según explican analistas, la maniobra habría seguido una ruta precisa, con la presentación de una denuncia electrónica anónima ante la FGR, atribuyendo presuntas actividades ilícitas sin sustento. Posteriormente, se esperó la respuesta formal de la autoridad para obtener documentación y filtrarla de manera selectiva a medios de comunicación, alimentando una narrativa contra quienes figuran como aspirantes competitivos a la gubernatura.

Lo que ha llamado la atención entre actores políticos es la velocidad con la que se obtuvo información de varios perfiles y el orden en que fue difundida: primero sobre Burgueño y luego sobre otros aspirantes, en correspondencia directa con su posición en mediciones internas. Para militantes de Morena, este patrón revela una operación organizada y orientada a “manchar” a quienes encabezan las preferencias.

En paralelo, miembros del equipo de Ruiz Uribe habrían sido sorprendidos, según diversas fuentes dentro del partido, ofreciendo incentivos económicos a periodistas y medios para amplificar el tema.

Entre militantes morenistas, estos movimientos han sido interpretados como un acto de desesperación y como parte de un “juego sucio” para reposicionar a Ruiz Uribe dentro del proceso interno, especialmente tras perder terreno frente a figuras con mayor presencia en encuestas.

En medios nacionales se ha señalado que la información comenzó a circular desde las cuentas y contactos de Hugo Alfredo Hinojosa, identificado como encargado de comunicación de Ruiz Uribe. Hinojosa, quien colaboró en el periódico El Universal y fue cesado previamente de Bienestar Federal por instrucción presidencial, habría sido quien publicó inicialmente una nota utilizando como eje un oficio relacionado con Burgueño.

Además, en chats filtrados se observa cómo Hinojosa presuntamente solicitó cotizaciones para que periodistas cuestionaran a la presidenta Claudia Sheinbaum sobre el tema, con la intención de escalar la narrativa a nivel nacional.