La tarde del miércoles, el fraccionamiento Residencial Barcelona, en Tijuana, se convirtió en escenario de un enfrentamiento armado que culminó con el asesinato de la agente de la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana (FESC), Abigail Esparza Reyes, adscrita a la unidad de Enlace Internacional.

La oficial fue emboscada a balazos por un sujeto identificado como César Hernández, prófugo de la justicia estadounidense, a quien buscaba detener.

Tras el ataque, el agresor se resguardó en una vivienda de la Privada España, lo que detonó un operativo de alto impacto en el que participaron corporaciones de los tres niveles de gobierno, incluyendo unidades blindadas y equipos tácticos especializados. A pesar del despliegue, el operativo concluyó sin detenidos.

César Hernández, de 34 años, no es un nombre desconocido para las autoridades de California. Fue condenado en 2019 por asesinato en primer grado en el condado de Los Ángeles, lo que le valió una sentencia de 25 años a cadena perpetua, con posibilidad de libertad condicional.

Su crimen fue clasificado como una “segunda infracción grave”, lo que lo colocó bajo el escrutinio de la ley de “tres strikes” de California, que impone cadena perpetua automática a quienes cometen tres delitos graves.

Sin embargo, su historial delictivo no se detuvo tras su condena. Mientras se encontraba recluido en una prisión del condado de Kern, enfrentó nuevas acusaciones por presunta fabricación de armas dentro del penal. Estaba en proceso judicial por este delito cuando, en diciembre pasado, protagonizó una fuga de la custodia.

Así, el 2024 cerró con uno de los episodios más escandalosos del sistema penitenciario californiano, como lo fue la fuga de César Hernández mientras era trasladado a una audiencia judicial en Delano, a unos 250 kilómetros al Norte de Los Ángeles.

A bordo de una camioneta de transporte penitenciario, el reo logró evadir la vigilancia y desaparecer, convirtiéndose desde entonces en uno de los fugitivos más buscados en la costa oeste de Estados Unidos.

La combinación de su historial criminal, la violencia de sus delitos, su capacidad de organización dentro del penal y su audaz fuga provocó que las autoridades lo catalogaran como una amenaza de alta peligrosidad.

Su presencia en Baja California activó alertas entre agencias binacionales de seguridad, y fue precisamente por esta razón que Abigail Esparza fue enviada a cumplir una misión de alto riesgo: detenerlo.

Y hoy, lo que debía ser una acción táctica para detener a un prófugo terminó en tragedia, al momento en que Abigail Esparza Reyes fue abatida.

Hasta el momento, César Hernández continúa prófugo, y se confirmó, luego de que se difundiera un video donde huye caminando, vestido como un barrendero o trabajador público de servicios, con el clásico color fluorecente.