Así fue el inesperado reencuentro entre Ruiz Uribe y Jaime Bonilla.
Apenas dos años atrás, Jesús Alejandro Ruiz Uribe, delegado federal de la Secretaría de Bienestar en Baja California, acusaba públicamente a Jaime Bonilla Valdez de tener siempre en la boca “su pipa, las mentiras que dice constantemente y mierda”.
Así lo dijo textualmente, en una rueda de prensa en 2023, acusándolo de escupir insultos y difamaciones “en forma de agravio”.
Hoy, en un giro tan drástico como inesperado, ambos reaparecieron juntos y sonrientes, en las oficinas del canal PSN, propiedad del exgobernador, para celebrar su cumpleaños número 75.
El propio Ruiz Uribe compartió la imagen del encuentro y escribió:
“Aprovecho este día, en el que el exgobernador Jaime Bonilla Valdez festeja un año más de vida, para enviarle una cordial felicitación públicamente. Como se atestigua en la fotografía, ya lo he hecho en privado. Hoy celebro también el reencuentro con un amigo, pero sobre todo con alguien que ha impactado mi vida de forma muy positiva, y por ello estaré siempre agradecido”.
Lo que parece una escena de reconciliación política tiene detrás una historia marcada por enfrentamientos, rupturas y acusaciones de traición.
En abril de 2023, cuando Bonilla ya se había distanciado de Morena para incorporarse al Partido del Trabajo, Ruiz Uribe fue uno de sus principales detractores.
En esa etapa, el delegado aseguró públicamente:
“El ingeniero Bonilla tiene un problema de no conclusión de su etapa oral, de su niñez, estoy seguro. Ese padecimiento lo tiene la gente que se dedica a hacer fraudes, a hacer trampas o extorsionar a las personas, a mentir con mucha facilidad”.
Las descalificaciones no eran gratuitas. Tras concluir su gobierno de dos años (2019-2021), Bonilla intentó mantener influencia sobre instituciones locales y comenzó una nueva ofensiva contra la entonces recién electa gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, generando tensiones dentro del mismo movimiento. Ruiz Uribe fue uno de los que marcó distancia.
Durante la gestión de Bonilla, ambos fueron aliados cercanos. El delegado lo apoyó incluso durante el conflicto con Arturo González Cruz, quien fuera presidente municipal de Tijuana. Sin embargo, la relación política se fracturó tras el cambio de administración y la caída del poder bonillista.
En 2023 y 2024, Ruiz Uribe centró sus esfuerzos en posicionarse políticamente. Publicó un libro, apareció en entrevistas, colocó espectaculares y reforzó su presencia en redes sociales, con la intención de obtener una candidatura de Morena, ya fuera a la presidencia municipal de Tijuana o al Senado. No consiguió ninguna postulación.
En paralelo, criticó duramente al exgobernador y sus métodos, particularmente el uso del canal PSN para atacar a sus adversarios políticos:
“Utiliza sus recursos en medios de comunicación, para golpear a los que considera como sus enemigos, simplemente porque no estuvieron de acuerdo en que después de su periodo siguiera al mando ilegalmente de instituciones que no le corresponden […] Perdón ¿y los priistas que él contrató en su gobierno, varios de ellos con resentimiento hacia nuestro presidente? ¿fueron purificados? ¡Pamplinas! Su motivación es la ausencia del poder, que debió entregar por el orden constitucional, por la voluntad soberana del pueblo”.
Incluso cuestionó la ética de quienes, como Bonilla, usaban el discurso de la Cuarta Transformación como escudo para justificar intereses personales:
“Me causa una profunda decepción observar a distintos actores envolverse en la bandera del movimiento para justificar sus acciones, motivados por su ambición personal”.
A pesar de esa larga lista de desencuentros, agravios y declaraciones subidas de tono, la imagen de ambos estrechando manos este lunes deja entrever una tregua —aunque aún sin explicaciones públicas de parte del exgobernador, quien no ha emitido ningún comentario sobre el reencuentro ni sobre su cumpleaños.
Ruiz Uribe, por su parte, ha sido ratificado en su cargo tras la llegada de Claudia Sheinbaum a la Presidencia de la República en octubre de 2024. Ariadna Montiel permanece al frente de la Secretaría de Bienestar y, con ello, la estructura operativa federal en los estados se mantiene sin mayores cambios.