¿Por qué a veces pierdo el equilibrio?

El sentido se encuentra en el oído medio, donde hay un fluido que funciona de manera similar a una herramienta que se usa en la construcción para determinar si una pared es recta.


Es difícil explicar qué es el sentido del equilibrio porque incluso nosotros, en la profesión médica, no lo entendemos del todo. Pero, básicamente, nos permite saber en qué posición nos encontramos: ya sea tumbado, de pie, sentado o agachado. Nuestro sentido del equilibrio se encuentra en el oído medio, donde hay un fluido que funciona de manera similar a una herramienta que se usa en la construcción para determinar si una pared está recta. El oído medio es el que le dice al cerebro: “En este momento estás completamente derecho, o ahora estás inclinado”.

Cuando el líquido del oído medio no está equilibrado, le da a la persona la impresión de que está perdiendo el equilibrio y podría caerse. Pero hay ocasiones en las que se ha consumido alcohol o ciertas drogas y se pierde la percepción del equilibrio, aunque el líquido del oído medio esté perfectamente equilibrado. Lo que sucede en este caso es que el cerebro no es capaz de interpretar las señales correctamente.

Tenemos diferentes sensores en el cuerpo, para el dolor, el tacto y la temperatura. Y también tenemos sensores cinestésicos que nos permiten saber la posición en la que se encuentra nuestro cuerpo. Cualquier cambio en estos sensores dificulta saber si estamos de pie o sentados. Y para complicar aún más las cosas, la parte del cerebro que decodifica todos los movimientos del cuerpo integra toda la información de los receptores sobre la información proporcionada por el oído medio y nos dice en qué posición estamos.

Entonces, ¿por qué a veces perdemos nuestro sentido del equilibrio? Bueno, eso depende. Un ejemplo típico en las mujeres, que tienden a tener la presión arterial baja en edad fértil, es ponerse de pie bruscamente o ponerse de pie después de haber estado agachada durante un tiempo. En estos casos se produce hipotensión ortostática, que es una reducción rápida del flujo sanguíneo a la cabeza que produce una sensación de mareo y pérdida del equilibrio. Esto nos ha pasado a todos en un momento u otro. También les ocurre a los hombres, pero es más frecuente en las mujeres. En este caso, la pérdida del equilibrio es causada por la presión arterial y no tiene nada que ver con el oído medio.

Una pérdida de equilibrio también puede ocurrir sin movimiento. En este caso, el oído medio está afectado y un desencadenante frecuente es el vértigo. Podríamos estar sentados o acostados y tener una sensación de giro, lo que indica que el mecanismo del oído medio no funciona correctamente. Esto también podría deberse a que un tapón de cera genera una presión interna que impide que el líquido del oído medio se mueva correctamente. O podría deberse a otras condiciones, algunas tan graves como un tumor.

Por eso es importante que identifiquemos con precisión cuándo se produce una pérdida de equilibrio. ¿Ocurre después de tomar cierto medicamento? Las benzodiazepinas o los somníferos suelen generar inestabilidad al día siguiente de tomarlos. ¿Ocurre después de un período? La menstruación significa presión arterial más baja. ¿Es una pérdida de audición? Esto podría deberse a un tapón de cera. ¿O hay una sensación de giro después de girar repentinamente, lo que indica un posible pinzamiento cervical? Básicamente un profesional de la salud podrá aclarar cualquier duda; unas sencillas pruebas podrán indicar si se trata del oído interno, un tapón de cera o vértigo. Si parece que algo más está pasando, habrá una derivación a un especialista.

También es importante saber que la sensación de perder el equilibrio se hace más frecuente con la edad. El proceso de envejecimiento comienza muy gradualmente a partir de los 30 años. Y envejecemos de acuerdo a nuestra genética y estilo de vida. Por lo general, nuestros órganos envejecen a ritmos diferentes. La piel es la primera en sentir los estragos del tiempo, pero los órganos de los sentidos son los siguientes en ser afectados, particularmente la vista y el oído, que comienza a partir de los 45 años.

Después de los 45, toda la oreja -que es un mecanismo muy sofisticado- se vuelve mucho más gruesa. La pérdida auditiva normal relacionada con la edad se llama presbiacusia. Lo que sucede es que las cosas que solíamos tomar con calma, como caminar rápido o hacer movimientos de baile elegantes, comienzan a ser más difíciles. Pero estos son cambios normales y nos adaptamos en consecuencia ya que el cuerpo es muy sabio.

Carmen Sarabia Cobo es enfermera y doctora en Psicología, profesora de la Universidad de Cantabria, especialista en neuropsicología, demencias y vejez. Coordina el grupo de investigación de Enfermería de IDIVAL.


Con información de EL PAÍS.

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