La mañana de este viernes 5 de diciembre se definió el escenario inicial para la Selección Mexicana de Futbol. Durante el sorteo celebrado en el Kennedy Center de Washington, D.C., México fue ubicado como cabeza del Grupo A de la Copa Mundial de 2026, condición que se explica por su carácter de país anfitrión junto con Estados Unidos y Canadá.
El grupo quedó conformado por Sudáfrica, Corea del Sur y un cuarto adversario que todavía no tiene nombre, pues surgirá del repechaje europeo programado para marzo.


La inauguración del torneo está prevista para el 11 de junio de 2026, fecha en la que México disputará el primer partido del campeonato en el Estadio Ciudad de México, antes Estadio Azteca, frente a Sudáfrica.
Después, el calendario incluye un encuentro ante Corea del Sur el 16 de junio en Guadalajara, mientras que el cierre de la fase de grupos está previsto para el 22 de junio frente al representante europeo, en una sede que la FIFA confirmará en las próximas semanas de acuerdo con los criterios logísticos del comité organizador.
El rival pendiente provendrá de una llave que la UEFA ha programado como “casillero A” y que incluye a Italia, Irlanda del Norte, Gales y Bosnia. El formato será de eliminación directa, con encuentros previstos para la segunda mitad de marzo y una resolución obligada antes del 31 de ese mes. Solamente la selección ganadora de ese repechaje ocupará el lugar final del Grupo A, de modo que México conocerá a su último rival apenas dos meses antes del inicio del torneo.
El sorteo dejó a México en un grupo sin potencias tradicionales, pero con características muy distintas entre sí. Sudáfrica representa velocidad, potencia y un estilo físico que suele complicar a los equipos que intentan proponer desde el control del balón.
Corea del Sur llega con antecedentes positivos en mundiales recientes; es una selección de disciplina estricta, presión constante y buen manejo de los tiempos.
El eventual europeo, sobre todo si Italia logra avanzar, aportaría jerarquía, oficio defensivo y una lectura táctica propia de las selecciones que conocen la exigencia de torneos largos.
La FIFA ha recordado que el formato ampliado de esta Copa del Mundo, con 48 países, permite avanzar no solo a los dos primeros lugares de cada sector, sino también a los mejores terceros, lo que abre espacio para que un traspié no sea necesariamente definitivo.






