Inflación, frontera e incertidumbre económica marcan el panorama.
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Baja California se encuentra entre los cinco estados con mayores aumentos en el precio de la canasta básica alimentaria, según el más reciente informe de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec).
Con un incremento del 4.08% entre mayo y junio, la entidad fronteriza se suma a una tendencia nacional de encarecimiento sostenido en productos esenciales, fenómeno que ha comenzado a afectar con más fuerza a hogares de bajos ingresos.
De acuerdo con el reporte, publicado tras el último Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) del INEGI, el costo promedio de la canasta básica en el país se ubicó en $1,950.62 pesos, lo que representa un alza de $23.39 pesos respecto al mes anterior.
En Baja California, este aumento se ha sentido con especial fuerza en ciudades como Tijuana, Mexicali y Ensenada, donde la dinámica transfronteriza, la inflación importada y los costos logísticos impactan directamente en el bolsillo de las familias.
Una canasta más pesada
La canasta básica alimentaria contempla 44 productos indispensables, entre ellos frijol, tortilla, huevo, arroz, azúcar, carne, frutas y verduras. En junio, los mayores aumentos se observaron en el frijol, la naranja, el pollo, la harina de trigo y el bistec de res, este último afectado por la reciente alerta sanitaria por la reaparición del gusano barrenador en el norte del país.
En entrevista nacional, Cuauhtémoc Rivera, presidente de Anpec, advirtió que los factores detrás de estos incrementos son múltiples y estructurales: “La inflación alimentaria está siendo impulsada por fenómenos climáticos como la sequía, pero también por dinámicas económicas y políticas cada vez más tensas entre México y Estados Unidos”.
Factores regionales: frontera y presión económica
En el caso de Baja California, Rivera señaló que las tensiones en la frontera han afectado el flujo de mercancías y el comercio regional. El endurecimiento de políticas migratorias, las amenazas de nuevos aranceles a las exportaciones mexicanas y las redadas contra migrantes han generado un ambiente de incertidumbre que, según la Anpec, ya está impactando en la actividad económica.
De acuerdo con el Banco de México, en su última minuta de política monetaria, los riesgos externos para la economía mexicana han aumentado debido a la volatilidad en las relaciones con Estados Unidos, el alza en las tasas de interés y la posibilidad de una recesión en el segundo semestre del año.
Además, los pequeños comercios en Baja California enfrentan costos operativos más altos, afectaciones en los tiempos de entrega de productos importados y una disminución en el poder adquisitivo del consumidor. Esto ha generado preocupación en sectores como el abarrotero, restaurantero y tianguis, que dependen del consumo local para sostenerse.
Un país donde el 90% de los ingresos se destina a comer
La situación no es exclusiva de Baja California. Quintana Roo (8.53%), Tamaulipas (6.48%), Sinaloa (6.43%) y San Luis Potosí (5.86%) completan la lista de entidades con mayores aumentos. En muchos de estos estados, el crimen organizado, las extorsiones, la inseguridad y la especulación también son factores determinantes en el encarecimiento de los alimentos.
Rivera advirtió que al menos 40 millones de personas en México destinan hasta 90 centavos de cada peso para comprar comida, lo que los deja sin margen para otros gastos esenciales como salud, transporte o educación. Ante este panorama, la Anpec ha propuesto medidas de mitigación como el fortalecimiento del consumo local, exenciones fiscales temporales para microempresas y apoyo directo a pequeños comerciantes.
Perspectivas al cierre de 2025
El informe de la Anpec coincide con las proyecciones de diversos organismos económicos que prevén un segundo semestre complicado para México, marcado por presiones inflacionarias, menor crecimiento y mayor incertidumbre. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha reducido recientemente su expectativa de crecimiento para México a 1.6% para 2025, citando riesgos internos y externos.
Mientras tanto, los hogares de Baja California enfrentan una doble presión, con los precios al alza y un entorno económico incierto, en medio de un clima político que aún no logra estabilizar los flujos fronterizos ni dar certeza sobre las condiciones comerciales con Estados Unidos.
“El margen de maniobra del Gobierno federal es limitado. La agenda de Estados Unidos ha cambiado y México necesita una estrategia clara y firme para proteger su economía y su frontera”, concluyó Rivera.