La codirectora del Semanario ZETA, Adela Navarro Bello, hizo pública una denuncia en la que relata un intento de entrega de dinero en efectivo durante una reunión sostenida con el director de Comunicación Social del Ayuntamiento de Ensenada, Gabriel Lima Melgar, hecho que el medio calificó como una ofensa a su ética periodística y a su independencia editorial.
De acuerdo con el testimonio difundido por la periodista, la reunión se llevó a cabo el lunes 15 de diciembre en las oficinas del semanario, a donde acudió Lima Melgar media hora antes de la cita pactada, acompañado de su hijo menor de edad y portando una caja navideña.

El encuentro había sido solicitado con el objetivo de iniciar conversaciones para un posible convenio publicitario entre el Ayuntamiento de Ensenada y el medio, correspondiente al ejercicio 2026, instrucción que, según se indicó, provenía directamente de la alcaldesa Claudia Agatón Muñiz.
Navarro Bello explicó que, conforme a los principios del semanario, los obsequios de alto valor no son aceptados. En este caso, la caja navideña —que contenía productos tradicionales de temporada— fue recibida inicialmente al no considerarse costosa. Sin embargo, antes de iniciar la conversación, el funcionario señaló la presencia de un sobre oculto bajo el moño del regalo, indicando: “Este es de parte de la alcaldesa; me dijo: ‘Esto es para mi amiga Adela’”.
Al revisar el contenido del sobre en presencia del funcionario, la codirectora de ZETA constató que contenía múltiples billetes de 500 pesos, sin documentación, recibo oficial ni justificación administrativa que acreditara su procedencia o finalidad. Ante ello, expresó su rechazo inmediato y fijó postura institucional al señalar que “ZETA es un periódico que no se vende”, y que el periodismo que ejerce el medio se realiza con independencia absoluta.

En el mismo acto, el sobre con el dinero fue devuelto íntegramente a Gabriel Lima Melgar, al igual que la caja navideña, y se le solicitó abandonar las instalaciones del medio. Durante el intercambio, el funcionario señaló que el dinero no había sido iniciativa suya, sino una instrucción directa de la presidenta municipal, insistiendo en que se le comunicara directamente a ella el rechazo.
La periodista subrayó que el semanario se sostiene exclusivamente a través de la venta de ejemplares y de la comercialización formal de espacios publicitarios, y reafirmó su línea editorial al recordar que “el periodismo que hacemos es libre como el viento”, y no acepta sobornos ni pagos extraoficiales.
Asimismo, recordó que esta postura ha sido sostenida históricamente por el medio, incluso en episodios documentados públicamente por su fundador, Jesús Blancornelas, quien en vida dio cuenta de intentos similares de presión o cooptación mediante dinero o bienes, todos ellos rechazados.
Finalmente, ZETA reiteró que cualquier intento de influir en su trabajo mediante dádivas o recursos de origen no acreditado será exhibido públicamente, como parte de su compromiso con los lectores, con la transparencia y con la libertad de expresión.






