La gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Avila Olmeda, defendió públicamente su continuidad al frente del gobierno estatal, tras confirmar que las autoridades de Estados Unidos revocaron su visa y la de su esposo, Carlos Torres.
Durante su primera conferencia de prensa sobre el tema, aseguró que “en ninguna parte dice que un gobernador tiene que tener visa”, al rechazar los señalamientos de la oposición que han exigido su separación del cargo.
Avila Olmeda aclaró que desconoce las razones por las cuales su documento migratorio fue cancelado, y se remitió a la postura oficial de la embajada estadounidense en México, que estableció que este tipo de decisiones se toman bajo criterios confidenciales y no se hacen públicos.
“La declaración de la vocería de la embajada es clara: estos asuntos son confidenciales. No hay nada más que informar al respecto”, subrayó la mandataria, quien evitó responder si su esposo seguirá a cargo de los proyectos estratégicos de su administración.
Frente a las voces que desde el Congreso local y algunos sectores políticos han planteado incluso un juicio político en su contra, Ávila Olmeda fue tajante y calificó a sus críticos como “aves de rapiña”.
“Lo único que hacen es buscar cómo sacar ventaja política de una situación que no afecta en absoluto la conducción del gobierno”, expresó.
En cuanto a la relación bilateral con Estados Unidos, la gobernadora aseguró que se mantendrá sin cambios, y explicó que, ante su nueva condición migratoria, serán las autoridades estadounidenses quienes visiten Baja California para dar continuidad a la agenda compartida.
“El trabajo binacional sigue. Las reuniones se realizarán aquí, con la misma disposición de diálogo y cooperación”, puntualizó.