
Dejar de sobrepensar es algo complejo para las personas que tienen pensamientos obsesivos, pero sí es posible.
Dejar de sobrepensar es sumamente difícil para algunas personas. Mientras que hay quienes se sienten cómodos con sus pensamientos y pueden controlarlos fácilmente, para otros representa un ejercicio mental agotador, una especie de batalla contra ti mismo y tu mente que no siempre es fácil ganar. Y aunque quizá suena exagerado, lo cierto es que no hay nada peor que ser tu propio enemigo y juez y pasar demasiado tiempo en el común, pero molesto, overthinking.
El no dejar de sobrepensar se caracteriza por varias cualidades. Una de ellas es que los pensamientos llegan a la mente de la nada, sin un contexto aparente (aunque con terapia a veces se puede identificar mejor qué detonó cierto pensamiento o sensación), y que estos se quedan en la cabeza insistentes, haciendo para la persona en cuestión un tanto difícil el poder silenciarlos.
Otra característica del sobrepensar es que las ideas que llegan a la mente se pueden repetir una y otra vez, sin llegar a ninguna conclusión, provocando muchas emociones en el camino. Por eso, entre otras razones, el overthinking es muy cansado y puede dificultar a la gente de realizar sus tareas más básicas cuando los pensamientos son demasiado obsesivos o violentos. Para ayudarte a controlar estos pensamientos repetitivos a los que das muchas vueltas y no puedes soltar, te damos los siguientes consejos:
Reconoce que sobrepiensas

Para dejar de sobrepensar, el primer paso es reconocer que lo hacemos. Por ejemplo, observa tus procesos al momento de tomar una decisión. ¿Le das muchas vueltas a todas las posibilidades? ¿Tienes dudas sobre si tomaste la decisión correcta constantemente? ¿Te cuesta trabajo elegir entre varias opciones? Entonces probablemente seas víctima del overthinking.
Establece horarios para hacerlo
Si tienes un pensamiento que está demandando mucha atención de ti o una decisión que debes tomar y que no has podido pensar a profundidad, entonces organiza una cita contigo mismo para darle todas las vueltas necesarias y llegar a una conclusión. Por ejemplo, puedes proponerte dedicar una hora a cierta idea que ronda tu mente, durante la cual le podrás dar todas las vueltas que quieras, pero con la condición de que al terminar esa hora, soltarás ese pensamiento o, en caso de tratarse de una decisión, con la condición de que durante ese tiempo vas a encontrar qué prefieres. Si una sola cita no basta para ti, puedes establecer un horario diario o semanal, al cual puedas dedicar esta necesidad de tu mente, pero solo hazlo en ese tiempo y no durante todos los días. Incluso, cuando un pensamiento se presente con intensidad, puedes decirte a ti mismo “te atiendo mañana a las 18:00 hrs, que es nuestra próxima cita”.
Encuentra distracciones
El pensar en dejar de pensar puede resultar todavía peor si queremos controlar nuestra mente. Si en algún momento te resulta demasiado complejo manejar así tus pensamientos, tienes la opción de distraerte con algo que te guste mucho. Por ejemplo, puedes salir a caminar, ver la televisión, hablar por teléfono, bailar una canción, bañarte, etc. Lo importante es que tu cuerpo y mente conecten con un estímulo que te permita salir de tu propia ansiedad.
Conecta con el presente

La mayoría de las veces en que sobrepensamos, lo hacemos por estar atorados en algo del pasado o preocupados por algo del futuro. Sin embargo, al habitar el presente es mucho más sencillo silenciar el overthinking y concentrarse en que en el presente, todo está bien. Por eso, otra técnica para dejar de sobrepensar tanto es conectar con el presente. Esto lo puedes hacer mediante respiraciones conscientes en las cuales te concentres en sentir tu cuerpo al respirar. También puedes probar nombrando los objetos que ves a tu alrededor o simplemente reconociendo qué de todo lo que estás pensando está sucediendo en realidad.
No pienses en lo que no puedes controlar
A veces nos obsesionamos con algún suceso que está fuera de nuestro control, y esto nos orilla a sobrepensar, pues no hay nada que podamos hacer o que pudimos haber hecho para cambiar la realidad. Por eso es importante aprender a aceptar y soltar.
Establece soluciones
Si ya has dedicado demasiado tiempo y energía a un pensamiento, intenta hacer una lista de soluciones o cambios que necesites para poder soltarlo. El establecerlo en algo más práctico te ayudará a avanzar hacia adelante y no quedarte estancado.